El chico de la pensión

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Ya está. Se acabaron las versiones periodísticas, los clubes interesados y las cotizaciones en alza. La Juventus anunció la contratación de Paulo Dybala. Pagó 32 millones de euros por cinco años, con posibilidad de llegar a los 40 millones, según las condiciones del vínculo. Los 13 goles convertidos esta temporada en Palermo, donde había llegado a mediados de 2013, fueron el ticket de viaje hacia Turín. Su pase, el octavo más caro de la historia para un argentino, será un punto brillante en la vida futbolera del delantero cordobés. Y más allá del glamour de la Vecchia Signora, recordará sus días en la pensión de Instituto. Siempre estarán en su inconsciente. De aquellos tiempos repasamos esta nota que el periodista Marcos Villalobo publicó el 1º de agosto de 2011, en el diario La Mañana, de Córdoba. Pasen y lean…

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Por Marcos Villalobo (mjvillalobo)

Tenía 10 años y venía junto a su papá desde Laguna Larga a entrenar con los equipos infantiles de Instituto. Desde pequeño se destacaba por su habilidad, y por ende no tardó en afianzarse en el club como una de las promesas de la institución y a los 15 años decidió venirse, con la valija llena de ilusiones, a vivir a Córdoba. Pasaron dos años de aquella elección, y hoy Paulo Dybala ya entrena con el plantel profesional que se prepara para disputar la B Nacional, e incluso el entrenador Darío Franco lo está probando en el equipo titular. Esta es la historia del pibe que entrena y vive en la pensión.

Dybala nació en Laguna Larga el 15 de noviembre de 1993, es decir que tiene 17 años. Por tal motivo, todavía está cursando el secundario en el IPEM 121 del barrio Jorge Newbery, donde hoy tendrá que presentar el certificado que justifique su ausencia durante la semana pasada. Aunque el motivo es conocido: hizo la gira por Buenos Aires con el plantel de Instituto, hoy sus sueños de jugar en Primera están cada vez más cerca.

“Estoy muy contento, ni me lo imaginaba, además no había hecho la primera parte de la pretemporada, después me llamaron y anduve bien en los entrenamientos. Me dieron mucho apoyo”, cuenta el enganche admirador de Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón; aunque Franco lo está utilizando de mediapunta. “Me siento cómodo también jugando en esa posición. El técnico me habla sobre lo que quiere que haga adentro de la cancha, que recupere la pelota cuando no la tenemos. Pide mucha actitud, me gusta porque propone un juego ofensivo, con tres puntas, tratamos de salir jugando, como lo trabajamos en inferiores”, explica el pibe que vive en la pensión del club en el predio La Agustina.

– ¿Cómo es vivir en la pensión?
– Es muy cómodo vivir en la pensión, estamos muy bien, cuidados. Se ha hecho una gran inversión. Estamos muy conformes.
– ¿Tus padres qué dicen sobre que no estés con ellos?
– Mi ‘viejo’ falleció cuando yo tenía 15 años y me gustaría tenerlo para que disfrute esto que estoy viviendo, pero se que él desde arriba me ayuda. Si no fuera por él no estaría acá, le estoy muy agradecido, al igual que a mi mamá, que me apoya mucho.

Dybala llegó a Instituto siendo un niño, y ahora pasa su adolescencia formandose en La Agustina, soñando con ser profesional. Aunque seguirá siendo el pibe de la pensión que juega en Primera.

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