Ocurrió hace 40 años en Ibrox Park. Los hinchas del Rangers festejaban el empate contra el Celtic en tiempo de descuento. Todo era satisfacción en sus corazones. De pronto, cedieron las barreras metálicas en una de las escaleras del estadio. Y en pocos minutos, 66 personas murieron aplastadas. Dolor. Lágrimas en los fanáticos y sus familiares. Y el relato conmovedor de John Greig, capitán del Rangers en aquel derby. La voz del triste recuerdo, cuatro décadas después de esa fecha.
“Era un miserable día gris, frío, con niebla y los focos estaban encendidos aunque el partido se disputara por la tarde. Trajeron un par de cuerpos al vestuario, y a decir verdad no sé si esa gente estaba viva o muerta. Salí del túnel y era una locura con gente corriendo por todos los lados. Lo que no puedo olvidar son los cuerpos tumbados desde la línea del centro del campo hasta el arco del Rangers”, evocó Greig. Hoy, el ex futbolista participó de un emotivo homenaje con los jugadores de ambos equipos. El recuerdo sigue presente. Y la memoria colectiva, también.